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Festival Internacional de Música de Cartagena Cartagena Music Festival http://cartagenamusicfestival.com Cartagena, enero |
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Lea: La música clásica ya reside en Cartagena, El Tiempo, 2015 La historia de un sueño, más que un proyecto, El Espectador GENERALIDADES Con tan sólo 4 años de haber sido creado, el Cartagena Festival Internacional de Música se ha establecido como uno de los eventos culturales más significativos de Colombia. 9 días de conciertos, clases magistrales, conferencias llenan distintos escenarios de la ciudad amurallada y algunos de los barrios de Cartagena. Fundado por Víctor y Julia Salvi y el maestro Charles Wadsworth, el Cartagena Festival Internacional de Música inició en Enero de 2007 como un Festival con un gran proyecto educativo que ha contribuido al mundo cultural de Colombia con excelentes conciertos y la presencia de artistas de gran reconocimiento internacional. Cada año, el Cartagena Festival aumenta en conciertos, audiencias y transmisiones de forma que todo el país pueda disfrutar esta semana de grandes artistas nacionales e internacionales y conocer el proyecto educativo de la Fundación Salvi Colombia, entidad que organiza el Festival. DIRECCIÓN ARTÍSTICA: El Director Artístico Fundador del Cartagena Festival Internacional de Música es el pianista norteamericano Charles Wadsworth. En enero de 2009, el pianista norteamericano STEPHEN PRUTSMAN asumió el cargo de Director Artístico del Cartagena Festival luego de que el Maestro Wadsworth anunciara su retiro de los escenarios. Desde junio de 2007, Prutsman se había vinculado al Cartagena Festival como Director Artístico Asociado. La Dirección Artística del norteamericano Stephen Prutsman, trae consigo muchas novedades importantes entre ellas la elección de hacer –por primera vez- un Festival temático. El 2010 “la magia de Mozart” estuvo presente en la programación del Festival a través de las grandes obras del compositor austriaco. Asimismo, la presencia más fuerte de ritmos, música y artistas nacionales muestran una tendencia de Prutsman por destacar la riqueza cultural del país en los distintos escenarios del Cartagena Festival Internacional de Música.
Estos conciertos, escritos al estilo italiano de Vivaldi, tienen un carácter experimental, pues en cada uno de ellos Bach usó “un diverso espectro de instrumentos orquestales en combinaciones atrevidas” (Christoff Wolff) con el fin de crear de nuevas sonoridades. La oportunidad de escuchar estos 6 conciertos en una sola noche, interpretados por los músicos más destacados del mundo, será lo que Stephen Prutsman, Director Artístico del Cartagena Festival, considera como “una oportunidad que sólo se presenta una vez en la vida. Es tal vez comparable a ver el Cometa Halley, si te los pierdes… pues tendrás que esperar otros 75 años para poder escucharlos re-crearlos a este nivel…” PROYECCIÓN SOCIAL: El Cartagena Festival Internacional de Música es el momento ideal para la labor educativa que desarrolla la Fundación Salvi Colombia: Cada año se incrementa el número de estudiantes que llegan de todas las regiones de Colombia para asistir a las clases magistrales programadas como parte del Festival. El Cartagena Festival es también un espacio de aprendizaje e intercambio para los músicos colombianos invitados y de promoción del talento nacional con conciertos que destacan su trabajo y trayectoria profesional y los presenta ante el público colombiano. Desde el 2009, la Fundación Salvi Colombia inició, en el marco del Festival, un taller de Mantenimiento de Instrumentos de Cuerda para contribuir a la formación y fortalecimiento de este tema en la región Caribe. El resultado fue todo un éxito: 70 horas de clases se dictaron a cerca de 20 jóvenes de proyectos musicales de Cartagena. El trabajo realizado permitió arreglar al rededor de 100 instrumentos. Aprovechando, que III Congreso Iberoamericano de Cultura se llevó a cabo por primera vez en Colombia, en la ciudad de Medellín, la Fundación Salvi participó con el V Taller de Reparación y Mantenimiento de Cuerda Frotada que tuvo como propósito principal mostrar que la luthería es un arte y debe ser considerada como tal. Ante las necesidades del sector musical, la Fundación, aprovechó el espacio en el Congreso para lanzar el programa que el Sena ofrecerá de luthería a partir del cuarto trimestres de este año. Para fortalecer esta iniciativa, la Fundación Salvi invitó al maestro Antonio Miscenà, director de la Asociación de Constructores Italianos de Instrumentos Acústicos (ACISA), para recibir de él, el apoyo sobre la creación de la luthería en Colombia como una carrera técnica en el Sena. El objetivo principal es contar con su asesoría y generosa oferta de intercambio musical, así como también la posibilidad de contar con sus instrumentos. La presencia del maestro Miscenà tiene un propósito, y es compartir experiencias que sirvan para enriquecer el desarrollo y la proyección del importante momento musical que se vive en nuestro país y a nivel Iberoamericano. Además del maestro Miscenà, la Fundación invitó al luthier italiano Fabrizio Di Pietrantonio, al luthier colombiano José Luis España, al presidente de la Asociación de Luthería en Colombia, Jorge Enrique Rodríguez, y a los maestros Cristian Valencia y Nicolas Legault. ESCENARIOS: Los escenarios tradicionales del Cartagena Festival son: ·Conciertos por los barrios: Institución ALUNA – Centro de Niños con Discapacidad , Iglesia María Auxiliadora, Cárcel de Mujeres San Diego. ·Conciertos en las Capillas/Iglesias: Hotel Santa Teresa, Santo Domingo, Hotel Santa Clara, Santo Toribio, Trinidad . ·Conciertos en las Plazas: San Pedro Claver, Trinidad Getsemaní ·Conciertos en Teatros: Teatro Adolfo Mejía ·Concierto de Jóvenes Talentos: Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar 2011 trae dos escenarios adicionales a los espacios utilizados por el Cartagena Festival Internacional de Música en sus versiones anteriores: La IGLESIA DE SANTO DOMINGO, iglesia más antigua de Cartagena construida en 1551, donde serán los 6 conciertos Brandenburgueses de Johan Sebastian Bach. También, la IGLEASIA SANTO TORIBIO, escenario que el Festival vuelve a retomar después de dos años, para presentar dos conciertos y llenar de música las noches cartageneras. AUDIENCIA Y TRANSMISIONES El Cartagena Festival tiene una audiencia aproximada de 22.000 personas que asisten a los conciertos que se realizan en los escenarios de la ciudad amurallada y por los barrios de la ciudad. Las transmisiones por radio y televisión contribuyen a hacer realidad el lema del Festival: La Música es para todos. Transmisión en televisión: en 2011, transmitiremos 8 conciertos en Directo, 1 concierto en diferido por los canales: Señal Colombia, RCN TV. Transmisión en radio: a través de las 34 emisoras de la Red de Radio Universitaria de Colombia se transmitirán los conciertos programados. (La programación de transmisiones se publicará en la página web del Cartagena Festival: www.cartagenamusicfestival.com ). La V versión del Cartagena Festival Internacional de Música tiene una novedad especial: la transmisión en directo de los conciertos de Inauguración y Clausura en los teatros de Cine Colombia – Avenida Chile (en la ciudad de Bogotá). OTRAS ACTIVIDADES Además de la programación de conciertos, clases magistrales y ensayos abiertos, en el marco del Cartagena Festival se realizan varias actividades artísticas y educativas como: Exposición del Artista y Arquitecto Luis Fernando Roldán en el Museo de Arte Moderno de Cartagena. Donde se verá una muestra de la obra del dibujante caleño invitado a crear la imagen del Cartagena Festival Internacional de Música 2011. La muestra estará abierta desde el 5 de enero hasta el 15 de febrero, 2011. Exposición de objetos de la Galería Deimos y Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo - Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar (UNIBAC). Conferencias – En el 2011 el Cartagena Festival Internacional de Música ofrecerá 6 conferencias a cargo de José Luis España, Padre Alonso Rincón, Arecio Manjarrés, Juan Carlos Garay, Emilio San Miguel, y Juan Antonio Cuellar. Tomado de http://cartagenamusicfestival.com , 2011 Se trata de un evento de talla mundial que tuvo su primera edición en el 2007 y que desde entonces se celebra anualmente en La Heroica. Son nueve días de conciertos, clases magistrales, conferencias en diferentes escenarios de la ciudad y, por supuesto, de presentaciones por parte de artistas famosos en el país y fuera de él, en homenaje al desarrollo musical en Colombia. @ www.cartagenamusicfestival.com |
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2012 Vuelve y suena El Festival Internacional de Música de Cartagena pone a La Heroica en el radar de importantes intérpretes y melómanos del mundo. Julia Salvi fue la mujer que convirtió en realidad este sueño que hoy llega a su sexta versión con 38 funciones y la boletería agotada.
La pasión según San Marcos será la pieza principal del festival. La obra reúne a 150 artistas en escena de todo el mundo y se presentará en el Centro de Convenciones. Su creador es el argentino Osvaldo Golijov, quien se ha dado el lujo de componer para el sello discográfico del chelista Yo-Yo Ma y para algunas películas de Francis Ford Coppola. "La pasión según San Marcos nos transporta a un mundo imaginario donde diferentes estilos de música, idiomas, cantantes y bailarines se entremezclan para crear un vibrante drama musical infundido de muchos elementos de las diversas culturas de Latinoamérica", dice Salvi.La gran novedad de este año es que el festival no lleva como hilo conductor a un compositor en especial (como ocurrió en el 2011 con Bach y en el 2010 con Mozart), sino un tema: el sonido de las Américas, en el que están incluidas composiciones desde Canadá hasta la Patagonia. "Queríamos hacer un encuentro entre los compositores latinoamericanos y europeos y la música clásica y tradicional. Dentro de la programación también tendremos un conversatorio sobre música y belleza, moderado por la exreina Carolina Gómez, y otro de Valentino Cortázar, quien hablará de música y arte, entre muchas cosas más", dice Julia.La mujer detrás del festival "Generosa, obstinada, leal, estricta e impaciente, Julia Torres Forero cree en Dios, los milagros, la música, el respeto y el destino. Le reza a la Virgen, medita con su iPad y hace yoga para fortalecer el espíritu", así la describió la periodista Camándula en el perfil que le hizo para la revista Fucsia que la eligió como la Mujer Colombiana 2011. Su elegancia se combina con su forma de hablar pausada. A simple vista no revela esa personalidad fuerte y aguerrida con la que ayudó a crear un festival de música clásica, aparentemente imposible en Cartagena. Cuando Salvi empezó a buscar apoyo para el proyecto, a más de uno la idea le sonó descabellada. "¿Música de cámara en enero, y diez días, cuando la ciudad está llena de turistas con ganas de sol y rumba?", se cuestionaban desconcertados. Pero para la obstinada Julia no había marcha atrás.Nació en Cali, pero odia la salsa y le gustan los vallenatos, las rancheras y los boleros, así como el bambuco Yo también tuve 20 años. Su familia materna es valluna y su papá es opita. "Las vacaciones eran en Semana Santa en la casa de su abuela, oyendo música clásica por la emisora Carvajal. Era una fecha de mucho recogimiento, no como las de ahora". A los 16 años quería ser monja misionera, pero sus padres se opusieron con el argumento de que la decisión había sido influenciada por las religiosas del Colegio de la Presentación, donde estudió bachillerato. "Desde joven tuve una vocación muy fuerte de servirle a la gente y fíjate que, por circunstancias de la vida, ahora puedo hacerlo a través de la Fundación Salvi, cuyo propósito es financiar y promover la educación musical y el talento artístico de jóvenes de escasos recursos". A los 23 años abandonó sus estudios de Economía en la Universidad Javeriana y se fue a vivir a Londres. Allí conoció a su esposo, Víctor Salvi, un ítalo-americano fabricante de arpas, 36 años mayor que ella. Víctor viene de una familia de músicos. Su padre era luthier, sus abuelos fabricaban instrumentos y su tío, arpas. El estudió Arte en el conservatorio, interpretó el arpa en la Orquesta Sinfónica de la NBC, cuyo director era Arturo Toscani. En los años 50, siguiendo la tradición familiar, creó Salvi Harps, una empresa de tanto renombre, que el arpa real del príncipe Carlos de Inglaterra fue fabricada allí. "Al casarme con Víctor sabía que también lo estaba haciendo con la música".
Hoy se ha posicionado como uno de los eventos culturales más importantes del mundo. La revista británica Classic FM, una de las más prestigiosas de Europa, le dio el puesto número uno en una selección de los diez festivales de música más mágicos del planeta. Y la BBC y The New York Times lo catalogaron como uno de los eventos que nadie debería perderse. El Festival se ha convertido en acontecimiento obligado en la agenda de melómanos y amantes de la cultura. Cuenta con importantes mecenas dispuestos a mantenerlo en los primeros lugares. "Estoy muy contenta con los resultados. Desde que empezamos hasta hoy hemos crecido 300 por ciento", dice Julia. El último año fue particularmente especial: estrenaron nueva sede y firmaron una alianza con el Ministerio de Cultura para la creación de seis centros de reparación y mantenimiento de instrumentos de viento y cuerda en el país, con una escuela-taller atendida por desplazados, reinsertados y profesionales en diferentes áreas. El centro piloto está en Bogotá y en los próximos cuatro años se extenderá a Medellin, Ibagué, Cartagena y Popayán.Julia afirma que nada de esto habría sido posible sin el apoyo de sus hermanas, Margarita y Martha, y de su hijo Víctor, quien estudia con el luthier William Whedbee en Chicago. "Este año también me están ayudando mis dos sobrinas, Angela y Natalia Becerra. El festival es un proyecto familiar al que todos le ponemos mucho corazón". •Tomado de la Revista Jet-Set No.229, 07 de enero de 2012
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2012 SINFONÍA CONCLUSA EN ‘LA’ HEROICA Juan Carlos Piedrahíta B. Los conciertos de música clásica en la ciudad amurallada son ya prueba superada. Por lo menos en o relacionado con la logística y con la apropiación que, se quiere, tenga la comunidad con un evento de esta índole. Con la prudencia de un preludio, la elegancia de un adagio y la contundencia de un allegro, el Cartagena Festival Internacional de Música ha ido conquistando espacios y haciendo guiños para seguir integrando al público con un estilo sonoro que es cada vez más próximo. La pelea no fue de un solo asalto, ni las cosas se han ido dando gracias a las bendiciones profesadas por los ángeles con arpas que invaden la iconografía mundial. Todo se ha hecho, tal y como dice el filósofo mexicano, por el lado amable. Los conciertos se realizaban para algunos invitados sectorizados y para todo aquel que quisiera escuchar y ver a los artistas internacionales. No se imprimían boletas para enfatizar que se trataba de un espectáculo de carácter gratuito, incluyente, en el que podía participar cualquier interesado. La situación llegó a tomarse inmanejable y, por eso, desde hace algunos años se timbran entradas y se reparten entre la comunidad. Algunos logran ubicación cercana al escenario y a otros les toca conformarse con ver todo desde la barrera, literalmente, porque se cierran calles, la Policía tiene el control de la situación y los hombres encargados de la logística toman todas las precauciones para que la transmisión por televisión, tanto nacional como extranjera, salga lo más limpia que se pueda.
La mezcla dentro de esta clase de eventos es total y uno de los aspectos que más se destaca es la presencia de niños, incluso de brazos, que asisten sin saberlo a su primer recital masivo. Se diseñan repertorios para disfrutar en familia y para acercar tanto a los expertos como a los neófitos. La misión de Stephen Prutsman es motivar ese espacio de relación con piezas de conocimiento general y un poco más livianas. La función de los músicos está concentrada en su lucimiento personal, porque allí, más que en cualquier otro lugar, como el teatro Adolfo Mejía (que en Cartagena se empeñan en identificar como el teatro Heredia) o las capillas de los hoteles Santa Clara y Santa Teresa, se establece una interacción directa entre el arte y su espectador. En esos conciertos al aire libre es importante saber tocar el instrumento, pero también es vital hacer show con él. Eso es lo que está esperando el público y es lo que logran artistas como el flautista mexicano Horacio Franco y la canadiense Lara St. John, quien ejecuta su violín con tanta habilidad como destreza teatral. La exigencia para la orquesta acompañante es distinta porque el repertorio es más elemental y su director está concentrado en conseguir un respaldo genuino. La Orquesta Sinfónica del Estado de Sao Paulo (Osesp) interpretó, entre otras piezas, Rhapsody in Blue, de George Gershwin; El cóndor pasa, como representación del folclor peruano; La bamba, como éxito radial de todos los tiempos, y dos versiones de Kalamary y Noches de Cartagena. La plaza de Getsemaní es un lugar más agreste que la plaza San Pedro Claven Es casi normal encontrarse con habitantes a quienes les incomoda la realización de un evento que para ellos es exclusivo y disonante con las características particulares del sector. Este sitio en el día es multiusos: funciona como cancha de fútbol, como libre comercio de cualquier objeto y como espacio de reposo para los pensionados. Allí se llevó a cabo el concierto Colombia y Venezuela mágica, en el que intervinieron el ensamble Oí, con sus pasillos, bambucos y torbellinos, y el cuarteto del violinista Alexis Cárdenas, quien se mueve bastante bien en esa extraña frontera que diferencia las músicas académicas de los sonidos tradicionales. Las plazas San Pedro Claver y Getsemaní seguramente seguirán siendo espacios vitales para el Cartagena Festival Internacional de Música, pero será para la edición número siete, cuando la ciudad vuelva astabajo la influencia de la clave de sol. Tomado del periódico El Espectador, 15 de enero de 2012 |
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por Emilio Sanmiguel El saldo que deja el Festival Internacional de Música de Cartagena, que concluyó la noche del pasado sábado en el Teatro Adolfo Mejía con Primavera en los Apalaches del norteamericano Aaron Copland, es abiertamente positivo. Resulta evidente: 36 conciertos a lo largo de una semana, 11 de ellos transmitidos por la televisión y 12 abiertos al público en las Plazas de San Pedro y de la Trinidad de Getsemaní, con una demanda de localidades sin precedentes. Los eventos en los teatros y auditorios se realizaron con lleno total y marcaron la tónica de quienes intentaban una localidad de último momento. A diferencia del último festival, este ofreció, dadas las altas demandas de boletería y las reiteradas quejas del público por el inevitable tono elitista de algunos eventos, la repetición de algunos programas con similar acogida: si la ocupación de estas segundas interpretaciones no alcanzó el lleno total fue por falta de información. La recepción de los conciertos en las plazas fue aún mayor, la silletería se agotaba en cuestión de minutos y las calles aledañas permanecían abarrotadas. Como en el pasado, se desarrollaron los talleres de ‘lutería’, cuya labor ahora se prolongará a lo largo de todo el año con la creación de los Centros de Mantenimiento y Reparación de Instrumentos Musicales del Ministerio de Cultura, que iniciaron labores el pasado mes de noviembre. La faceta académica, la menos visible y encargada de fortalecer la formación de jóvenes talentos venidos de todo el país -y este año también de algunos de Latinoamérica-, ocupó por dos semanas a los músicos internacionales que invirtieron el tiempo restante de sus labores de ensayo y actuaciones en talleres, clases personales y clases magistrales, cuyos resultados se presentaron en la mañana del pasado sábado en el Teatro Adolfo Mejía. El festival demandó un esfuerzo titánico y una inversión importante. Para Julia Salvi, presidenta de la Fundación Salvi, que realiza el evento, la edición 2012 resultó particularmente compleja por la infinidad de obstáculos que planteó el cambio del gobierno local en los primeros días del año. Salvi es lo suficientemente objetiva como para entender que aún hay por delante procesos sobre los cuales es necesario trabajar: la definición del eje conceptual de festivales futuros y la necesidad de trabajar más en la formación del público. Conciertos con luz propia Si bien es cierto que la mayor parte de los eventos tuvo una calidad artística intachable, en esta edición el eje conceptual planteado. El sonido de las Amérícas - es decir, una mirada a la producción musical del continente- quedó más sobre el papel que en la realidad. Musicalmente hubo compositores americanos y un poco de todo: un concierto inaugural que no colmó totalmente las expectativas, por la actuación desigual de la orquesta invitada, la Sinfónica de Sao Paulo; porque la solista invitada, la colombiana Blanca Uribe, no consiguió ir más allá de lo profesionalmente correcto en el Concierto para piano n° 1 de Chopin; y porque las Bachianas brasileiras n°4 de Villa-Lobos no estuvieron a la altura de la ocasión.
Pero si hubo una noche que se salió de los estereotipos y lindó en lo milagroso fue la del martes 10 en la Capilla de Santa Clara. Porque a nadie se le ocurriría que un intérprete de la flauta de pico, en teoría uno de los instrumentos menos seductores de la orquesta, terminara ovacionado. El protagonista de la faena fue el mexicano Horacio Franco en el Concerto ‘11 Cardelina ’ de Vivadi: la vitalidad de su interpretación, su emotivo y bien fundamentado virtuosismo de asombrosa libertad, imaginación y desbordada alegría -algo inusual en los severos intérpretes del barroco- contagiaron al público. Esto en el marco de un programa que trajo al prestigioso grupo colombiano Música Ficta, con repertorio de la América colonial; al violinista Steven Copes en el Concierto n° 1 para violín de Bach; y el Concierto para flauta de pico y violín de Graun, con Copes y Franco como solistas. Polémica y ‘pasión’ Algo de polémica y desconcierto generó la obra central del festival: el estreno de la Pasión según San Marcos del argentino Osvaldo Golijov, bajo la dirección de María Guinnand, la participación de la Scholla Cantorum de Venezuela, y solistas y orquesta, que tuvo lugar en el Centro de Convenciones la noche del jueves 12. En primer término, por la selección misma de la obra en el marco de un festival que buscaba enaltecer el Sonido de las Américas pero que, lamentablemente, hizo de lado demasiados nombres de compositores de renombre y reconocimiento, como Carlos Gómes, Ernesto Nazareth o Camargo Guarnieri de Brasil; Juventino Rosas, Carlos Chávez o Silvestre Revueltas de México; Charles Ivés, Eduard MacDowell o Leonard Bernstein de Estados Unidos; el mismo Alberto Ginastera de Argentina; o, para no extender demasiado la relación, José María Ponce de León, Luis Antonio Escobar, Guillermo Uribe Holguín, Carlos Vieco o Blas Emilio Atheortúa de Colombia.
Al fin de cuentas, en esta decisión queda en tela de juicio el trabajo del director artístico del festival, el norteamericano Stephen Prutsman, responsable de hacer del marco conceptual una realidad en términos de repertorio. En este, que es su segundo año al frente de la dirección artística, Prutsman no logra conectarse del todo con el pulso de un evento que tiene todos los ingredientes de un gran festival internacional, pero que no ocurre ni en los Alpes suizos ni en la campiña francesa sino en Cartagena de Indias. Pulso que sí logró tomar de manera instintiva su antecesor, el también norteamericano Charles Wadsworth. Tomado de la Revista Semana Edición 1550, 16 de enero de 2012 |
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2013
La Edición 2013. El
tema principal de la próxima edición Tomado e información adicional en http://www.cartagenamusicfestival.com/aym_index.php?option=corporate&pag_id=482 , 2012
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2013
La séptima edición del Cartagena Festival
internacional de música 2013, presenta para su lanzamiento
tres únicos conciertos
en las ciudades de Bogotá y Cali.
Dos de los mejores pianistas actuales en el mundo, Ramin Bahrami (Irán) y
Roberto Cominati (Italia), interpretarán obras de Bach y Scarlatti. Ellos
han sido catalogados por el diario The New York Times como "Los mejores
pianistas del mundo", cuya trayectoria profesional funciona como enlace
entre dos grandes escuelas barrocas: la alemana y la italiana. Texto suministrado por T de Teatro, 2012 |
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2013 Asistencia sin precedentes a Festival de Música Las cifras de la séptima edición del Festival Internacional de Música de Cartagena son motivo de satisfacción para la organización del evento: más de 40.000 personas asistieron a los 38 conciertos que se realizaron entre el 5 y el 13 de enero pasados en La Heroica, una cifra sin precedentes. Pero más allá de los números, el público disfrutó de una programación variada, sin rimbombancias, en la que el predominio de la música italiana del siglo XVIII tuvo un excelente complemento con la serie latinoamericana. No en vano, varios músicos coincidieron en afirmar que la música popular de esta región requiere un virtuosismo para su interpretación no muy lejano al del barroco, en el que incluso se pueden encontrar raíces de ritmos y tendencias actuales. Nombres como los de Rinaldo Alessandrini (asesor artístico y cabeza del conjunto invitado especial. Concerto Italiano) y Salvatore Accardo (leyenda viva del violín); interpretaciones emotivas y virtuosas como las de la contralto Sara Mingardo y la del grupo Accordone; composiciones y arreglos novedosos como los del clarinetista italiano Gabriele Mirabassi y los ‘tongos’ (casi tangos) del argentino Diego Schissi; talento colombiano representado en el arpa de Elvis Díaz y el cuatro de Juan Carlos Contreras (y la lista sigue y sigue) ponen la vara muy alta para la organización del Festival, que desde ya prepara la edición del 2014.No se pueden dejar de mencionar momentos culminantes, como la puesta en escena de La serva padrona, de Pergolesi (precursora de la ópera bufa) la interpretación de Las cuatro estaciones, de Vivaldi, por parte de Concerto Italiano, y el concierto final a cargo de la Filarmónica Joven de Colombia, bajo la batuta de Accardo.Julia Salvi, fundadora y presidenta del Festival, se mostró satisfecha con la dirección del certamen que este año estuvo en cabeza del italiano Antonio Miscená, cuyo reto era superar las metas de "producción, calidad musical y calidad humana" logradas en las seis ediciones anteriores... Y sí que lo hizo. Salvi adelantó que la octava edición del Festival será dedicada a lo que "pasó en Francia, en Italia y en Alemania", en una etapa posterior al siglo XVIII. Tomado del periódico El Tiempo, 15 de enero de 2013 |